Hay un momento en la infancia, o en la adolescencia, donde uno se da cuenta que la técnica para que papá o mamá nos dejen hacer cosas es pedir, pedir y pedir. El análisis suele ser "total el NO ya lo tengo, voy por el SÍ".
Si bien uno no desea (o al menos yo no deseo) volver a la adolescencia, lo que más se extraña es esa sensación de libertad, de animarse a cualquier cosa, o básicamente, de no tener miedo a nada.
También, y fuera del vocabulario profesional, se le suele llamar "caradurismo".
Cuando queremos emprender algo nuevo, postularme a una búsqueda, subir el CV a una página web y no lo hacemos por miedo a "no ser lo que buscan", estamos en problemas. Es fundamental retomar ese espíritu aventurero y animarse. Las mejores experiencias laborales suelen surgir a partir de emprender un camino desconocido, o no planificado.
Ante la duda: sí.
Las organizaciones utilizan muchísimas técnicas de conocimiento o de capacidad para verificar que los candidatos tengan las competencias que el cargo requiere, entonces, dejemos ese trabajo para las empresas. Nadie va a defender nuestra experiencia y nuestros conocimientos como nosotros mismos.
Nadie va a "agrandar" nuestras capacidades como nosotros mismos.
El Marketing Personal nos enseña a "vendernos", para que nuestra propuesta sea la mejor que el selector puede escuchar. Alguna vez conocieron un vendedor que diga... "este producto no se lo voy a ofrecer a Fulano De Tal, porque si no le gusta... qué va a pensar?"
Entonces, un consejo medio raro: a aprender de los vendedores, y del espíritu adolescente.
No les digo "tirarse a la pileta", porque me parece muy cursi.
jueves, 8 de octubre de 2009
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Estimada María: Muy interesante la idea del blog. Felicitaciones. Te invito a participar del mío. abcrecursoshumanos.blogspot.com
ResponderEliminarSaludos,
Sebastián